El poder de vivir en el presente
Hace no mucho acabo un año que hoy recuerdo con una mezcla de emociones.
Un año que ya no existe más, pero que recuerdo con algo de nostalgia porque aunque me enseñó muchísimo también me llevó a navegar un periodo de desconexión emocional.
Un momento en el que no estaba dispuesta a conversar acerca de mis emociones y todo lo que sucedía alrededor de ellas.
¿Han experimentado alguna vez la sensación de querer decir algo y no poder decirlo?
Sí, un nudo en la garganta.
Eso fue lo que sentí.
Un nudo que luego desenredé cuando finalmente abrí los ojos y me di cuenta que irremediablemente estaba anclada a recuerdos del pasado.
Un pasado que no existía en el presente, pero que se sentía tan vivo que por un momento pensé que nada podía superarlo.
Que nada podía ser mejor que eso.
Sí, mi percepción de la realidad era confusa y mi mentalidad era limitada.
Por ende, me era difícil imaginar un presente abundante y más agradable que mis recuerdos.
Un presente lleno de elementos que hicieran de mi existencia más significativa.
Pero, ¿Saben que sucede luego de aceptar y enfrentar la verdad?
Existe un momento de transformación.
Un cambio que amplía la perspectiva de las cosas.
Eso sucedió.
Me dije:
“Siempre hay algo más ¿no?
Siempre puede suceder algo mejor.¿no?
Todo puede mejorar.”
Me convencí de esas ideas.
Y así fue como comencé a conectar con mi presente.
A estar aquí.
A dejar de ser una observadora de mi vida y no permitir ser presa de la ansiedad o el estrés que me generaba el pasado.
Comencé a aceptar la incertidumbre y el caos para acercarme a mí otra vez.
De alguna manera también ideé cómo evitar vivir ese momento de desconexión otra vez.
Todo inició deteniéndome a observar más allá de lo que veía para poder encontrarme conmigo de nuevo.
Al encontrarme dentro de ese mapa de mi vida del cual estaba muy perdida al principio y que me llevó a descubrir lo que nunca imaginé que sería importante en mi vida : La meditación y conectar con el ahora.
Déjame contarte acerca de la meditación.
Fotografía por Nataliya Vaitkevich via Pexels
¿Qué es la meditación?
La meditación es un ejercicio mental. Consiste en entrenar a tu mente para que enfoque su atención en relajarse para así ignorar cualquier pensamiento recurrente y obsesivo. En cuanto a los beneficios que brinda esta práctica los más resaltantes son el optimismo y la compasión.
Inevitablemente al relajar tu mente durante este ejercicio mental podrás reducir tu nivel de estrés y ansiedad.
¿Difícil de creer? quizás para quien no se atreve aún a incorporar la meditación en su vida, pero tomate tu tiempo porque presenciar sus beneficios requiere de entrenamiento.
Al principio sin duda será retador, pero no te arrepentirás porque gracias a la meditación podrás mejorar tu calidad de vida, reencontrarte con la calma y conciliar el sueño con facilidad.
Aquello que hoy en día resulta complejo al vivir en un contexto lleno de pantallas y búsqueda constante de resultados rápidos y perfectos.
Si aún te resulta complejo comprender en qué consiste la meditación. Te diría que meditar es como eliminar aquellos archivos de una computadora que ya no utilizas para hacerle espacio a aquellos archivos que son de utilidad para ti.
¿Te suena mejor así?
Si de casualidad me preguntas si soy una experta en la meditación, te diría que no.
Te diría también que aún sigo explorando acerca de ella.
También te diría que en mi proceso conocí a Diego Perez o también conocido como el autor Yung Pueblo.
Diego Pérez es un meditador y autor número uno en ventas del New York Time.
Es una persona que ha incorporado la meditación como un pilar importante en su vida y alguien que me inspiró a seguir descubriendo acerca de lo que no todos hablan: el poder de vivir en el presente.
Quiero compartir contigo lo que aprendí de su conexión con el presente a través de la meditación.
Estos fueron mis mayores aprendizajes:
Soltar para comenzar a abrazar la libertad.
Toda experiencia complicada que vivimos se almacena en nuestra mente. Lo desafiante es no quedarse atrapado en el pasado. Debido a que si lo hacemos permitimos que las emociones que se generan alrededor de ellas como la tristeza o amargura permanezcan incluso en el presente. Al sentirnos igual que en el pasado, pensamos y actuamos de la misma manera. Por lo que inevitablemente nos convertimos presos del pasado.
Al soltar esas experiencias y conectar con tu presente comienzas a abrazar la libertad. Sintonizas lo que sucede aquí y ahora.
Aceptar la verdad y no huir de tus emociones.
Admitir y dejar de engañarte a ti mismo sobre lo que estás sintiendo sin duda no será fácil. Incluso será incómodo, pero entender que aquello que te inquieta es momentáneo, te permitirá apreciar la enseñanza que existe en esa emoción. Algo que quizás no hubieras podido apreciar antes, pero que hoy representa un regalo para tu crecimiento personal.
Entender una emoción es como subir a una cima y luego descender de ella. La emoción ya no es un caos luego de transitarla , la emoción ahora es calma y en ese momento puedes ver la realidad con mayor detenimiento. De esto se trata entender que una emoción no es permanente.
Abrazar el cambio y soltar el control
Aprender a ser conscientes a través de la observación que el cambio sucede en nuestras vidas es comenzar a aceptar que navegar por la vida siempre será una experiencia dinámica. Una experiencia en la que no tenemos el control de absolutamente nada y tampoco intentamos tenerlo porque aceptamos su naturaleza. Sin resistencias y sin deseos de control la paz nos encuentra.
¡Qué grandiosas cosas suceden cuando nos detenemos a observar!. Inevitablemente la conciencia se convierte en nuestra mejor aliada.
Aprender a reaccionar
Al reencontrarte con la calma observando detenidamente cómo emergen tus emociones inevitablemente desarrollas la capacidad de aprender a reaccionar.
¿Recuerdas cómo reaccionaste alguna vez cuando estuviste molesto o ansioso? Quizás fue una reacción defensiva.
Un caos total.
Sin embargo, si te detienes un momento a observar tu emoción antes de reaccionar podrás evaluar si será favorable para ti o no transitar ese momento. Recuerda que no todo merece tu tiempo y energía.
Hay mucha magia al detenernos ¿verdad?
Flujo imparable de productividad para una vida más plena
Una mente libre de estrés y ansiedad es una mente tranquila y altamente productiva.
¿Has notado cómo desarrollas tus actividades del día a día cuando estás en calma?
Todo se hace más fácil y llevadero.
No hay resistencia a nada.
Por ende, no es casualidad que la creatividad fluya y diversos entornos de tu vida mejoren significativamente al estar en calma.
Esto sucede porque las conexiones de la mente se generan con mayor rapidez y eficiencia en este estado. Asimismo, una mente en calma puede observar la belleza de la vida con facilidad y construir una vida plena.
Lo aprendido me permitió descifrar que la meditación se convierte en algo maravilloso cuando permites sumergirte en ella.
Cuando decides no cuestionar la práctica y permitirte aprender algo nuevo desde cero.
El camino para llegar a ella puede ser inesperado o incluso sorpresivo.
¿Deseas intentarlo para así liberar tu mente de todo lo que le genera sufrimiento y vivir mejor?
Déjame contarte cómo iniciar ese cambio hoy.
Aprender a meditar
Antes de iniciar recordemos que meditar es un ejercicio mental que requiere de entrenamiento constante. Por lo que los resultados no sucederán de manera inmediata. Lo cierto es que con la práctica podrás disfrutar de una mente libre de estrés y ansiedad.
Los pasos que realizarás serán los siguientes:
Utiliza ropa cómoda.
Las prendas holgadas son una gran opción para este propósito.
Identifica un lugar tranquilo en casa
Es importante que te sientas cómodo en el lugar elegido y no existan elementos que te distraigan fácilmente. La concentración es importante al meditar.
Tu postura es vital
Al sentarte en el suelo tu espalda debe estar recta. Asimismo, tus hombros y brazos deben estar sin tensión y relajados.
Enfócate a través de la respiración
Respira profundamente con los ojos cerrados. Enfócate en tu respiración detenidamente. Observa cómo transita alrededor de todo tu cuerpo. Desde tu cabeza hasta los pies. Identifica los estímulos que surgen al realizar esta actividad. Lo único importante en este momento es estar conectado con el presente.
Navega la incertidumbre.
Es probable que al practicar la meditación surjan un sinfín de pensamientos o te sientas incómodo. Permítete sentir y aceptar lo que sientes sin juzgarlo para que así puedas retomar tu atención en la respiración. Sigue adelante.
Convierte la meditación en parte de tu rutina.
Al principio concentrarte será un reto por lo que el tiempo de las sesiones pueden ser cortas. Sin embargo, con el tiempo y la práctica podrás prolongar el tiempo de tus sesiones y hacerlo parte de tu rutina diaria. El tiempo recomendado para una sesión de meditación es de 15 minutos al día. Sin embargo, incluso meditar menos de 5 minutos es un gran inicio.
Si aún tienes curiosidad encuentra un guía.
Meditar es una práctica que se puede realizar a solas o en compañía. Asimismo, es un ejercicio que es realizado por diversas personas alrededor del mundo. Por lo que es fácil encontrar sesiones guiadas grabadas de meditación en sitios web como Youtube. Asimismo, también existen aplicaciones que ofrecen este tipo de contenido. ¡Así que no hay excusas!
¿Empezamos hoy a meditar?
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¡Nos vemos pronto!
Landyan.